lunes, 17 de septiembre de 2018
DE PROFESION CASI PRESO...
DE PROFESION CASI PRESO...
Por creer en tus ideales, la cárcel fue tu casa.
Eras casi un niño, te hiciste hombre de golpe.
En soledad te formaste, y aprendiste a soñar.
Una triste ventana era el único contacto con el exterior,
un trocito de cielo, que podías ver desde un patio muy familiar para ti,
por los años que pasaste entre esas cuatro paredes,
mirando por si se escapaba un trocito azul del cielo.
En cambio, tuviste muchas horas para pensar en tu vida,...
así empezaste a escribir tus vivencias, para dárselas al mundo.
Y por fin! llegó el día que pudiste ver...los árboles... el cielo...el Sol... las nubes.
Por fin eras libre! pero has pasado tanto tiempo privado de libertad,
sin poder salir, ni una sola vez en todos estos años, y no has visto
más personas que a tus propios compañeros de cautiverio.
Al salir, eras como un niño recién nacido, que abre sus ojos a la vida,
pero...con más de cuarenta años...eras virgen en el amor, nunca has abrazado,
ni has tenido en tus brazos a una mujer, no sabes cuan dulce pueden ser
sus besos, ni lo suave que puede ser su cabello, ni tus dedos se han deslizado
por sus pechos para acariciarlos. Todo ésto tendrás que descubrirlo, poco a poco.
Pero tienes prisa por aprender, y así poder recuperar el tiempo perdido.
Sin olvidar tus días en esa fortaleza, de la cuál no podías huir.
Pensar en tus compañeros, a los que se llevaban por la noche, y,
sabías que... no los volverías a ver, estabas contento de no ser tú el elegido.
También había hombres que en la oscuridad de la celda,
lloraban porque ya no podian más, estaban al límite
pensaban que nadie se daría cuenta, que nadie los veria llorar.
Y ahora, que por fin eres libre para... poder ver el mar,
enamorarte, contemplar los árboles, que no pudiste
ver cuando estabas en la fortaleza, y también
ver todo lo que escribiste, transformado en libros,
en los escaparates de las mejores librerías.
CAROLINA VILLARROYA VALLÉS.
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